Vestuario y Cuidados de la Embarazada


La ropa de la gestante debe ser sencilla, cómoda y adecuada a la temperatura. Debe suspenderse de los hombros y no de la cintura. La cintura no debe ser comprimida por cinturones o fajas ceñidas o por los corsés, que bajo distintas denominaciones suelen reaparecer.

Cuando el abdomen aumenta mucho de tamaño puede ser útil una faja de las especiales para embarazo, que sostenga el abdomen, pero que no lo comprima. Las mujeres que, para ocultar su embarazo, se comprimen fuertemente el abdomen, se dañan a sí mismas y pueden dañar al niño.

El usar ligas circulares para sostener las medias, siendo inconveniente para toda mujer, es especialmente dañino para la embarazada.

Los senos serán sostenidos con un corpiño apropiado, pues su mayor peso y volumen puede traer inconvenientes. Aquéllos no deben ser comprimidos por el corpiño, como tampoco el tórax.

Los zapatos serán cómodos y de taco bajo y ancho, para evitar la exageración de la posición “echada hacia atrás” que adopta la embarazada por el peso de su abdomen.

Baños. Los baños tibios de higiene son los más indicados, los que pueden terminarse con una corta aplicación de frío. Durante los últimos tres meses deben evitarse los baños en bañera, prefiriéndose los baños de lluvia o ducha.
Deben evitarse los baños muy calientes y los baños de asiento calientes. En general es preferible evitar los baños de mar. No se harán irrigaciones vaginales, especialmente en los últimos tres meses del embarazo, salvo por indicación médica.

Ejercicio y Trabajo. Deben evitarse los ejercicios y trabajos violentos, el levantar objetos pesados, subir o bajar las escaleras con rapidez, saltar, correr, etc. Entre los ejercicios desaconsejables están el tenis, el golf, la equitación y el ciclismo. En cambio, son beneficiosos el caminar al aire libre, la gimnasia adecuada y el trabajo liviano.
Es aconsejable que una mujer obrera o empleada deje su trabajo habitual durante las seis semanas que preceden al parto y las cinco semanas que lo siguen. La habitación de la embarazada debe tener abundancia de aire puro.

Viajes. Si ha de ser perjudicial o no un viaje depende de muchos factores: la tendencia o no de la embarazada al aborto o parto prematuro, el tiempo que tardará el viaje, la época del embarazo en que se efectúe el viaje, el estado de los caminos, la clase de vehículo, etc.
No deben viajar las predispuestas al aborto. La fecha del viaje debe estar alejada del período en que habría aparecido la menstruación en caso de no haber embarazó. Si los caminos son buenos y se toma cuidado para que no salte el vehículo, y se elige la fecha conveniente, pueden hacerse los viajes más indispensables.
A veces el médico ve necesario indicar algo para evitar las contracciones del útero fuera de tiempo. El viaje en tren deberá hacerse en la forma más cómoda y, si es posible, la grávida lo hará acostada.

El Reposo. Es deseable que la embarazada duerma de ocho a diez horas cada noche. Después del almuerzo hará una siesta de una hora. Si no puede dormir, igual es conveniente que quede acostada por ese lapso.
Si la cama es demasiado blanda, puede provocar desviaciones de la columna vertebral y producir dolores. Se aconseja no dormir siempre en la misma posición, sino a veces de un lado y otras veces del otro, para evitar que el útero se desvíe o el feto quede siempre en una determinada posición.

El Tabaco y el Alcohol. Deben evitarse sistemáticamente estos dos tóxicos, y cabe señalar su desastroso efecto sobre el feto y la madre. Se ha visto aceleración del pulso del feto cuando la madre fuma.
El alcohol y el tabaco son, junto con la sífilis, las tres principales causas de nacimiento de niños con estigmas de degeneración. Son desaconsejables también el té y el café.

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