La lactancia materna tiene muchos beneficios para los bebés nutritivos, inmunitarios y psicológicos para el niño y para la madre. La alimentación de pecho debe empezar a darse en el nacimiento para estimular la generación de la leche, al principio la leche no sube y los calostros son muy beneficiosos para la niño, al ponerlo en la teta promovemos la subida ya que el bebé con la boca estimula el pecho.
La posición a la hora de dar la toma determina el éxito de la lactancia, el que la leche siga saliendo. Debe ser cómoda, situando al bebé pegado a ti para evitar molestar en la espalda, daños en los pezones y ayudar a que el niño haga una succión eficaz y que no le entre aire.
Con el pezón se debe estimular la boca del bebé y acercar el pecho para que el niño se enganche. La manera correcta de que el niño coja el pezón es abarcando con la boca el pezón y parte de la oreola, el bebé es capaz de respirar sin la ayuda de la madre, no hace falta retirar parte para que respire. La colocación del pezón no debe tirar hacia arriba, ni abajo ni a los lados.
Se debe comenzar la toma con el pecho que se le dio la toma anterior, tomará asta que se suelte sin limitar el tiempo de la toma que será cuando se vea saciado. En el caso de que no suelte con un dedo podemos facilitar que se retire tirando de el.
Hay que expulsar el eructo para sacar el aire que el niño haya podido tragar en la toma y al acabar cambiar el pañal. Después podremos darle el segundo pecho.
La toma al principio lo demandara en cada hora u hora y media, progresivamente empezara a espaciar las tomas y se regulara descansando mas por la noche, debe darse la toma tranquila y en silencio para que el bebé empiece a identificar el horario nocturno.
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