El llanto es la más frecuente respuesta emocional del niño. Hay que tratarlo según su origen en forma distinta, pero cuando llora porque se le ha prohibido algo o porque quiere molestar, para detenerlo eficazmente hay que atender a su edad.
Así, si tiene:
Dos años: Enderécelo, tome un pañuelo y suénelo. Usar palabras es perder el tiempo.
Tres años: Ordénele “Deja de hacer bulla”. Alterne esta medida con el aislamiento del niño en el tono y en la forma indicados anteriormente.
Cuatro años: Raciocínelo.
Motivos que provocan llanto:
Cólera: Distraiga la atención del niño del motivo. Evite la palabra "llanto" y dígale que "no haga bulla". Con esto la tensión emocional disminuye y se compone más rápidamente la situación.
Susto: Llora por pérdida de seguridad, tal es el caso cuando se cae, por ejemplo. Cuando se hiere, el llanto es natural e inevitable porque el dolor, la intensidad y la rapidez con que generalmente ocurre le da una sensación de inseguridad complicada con miedo.
Lo mejor es con palabras calmadas explicarle brevemente lo que ha sucedido por andar sin cuidado y asegurarlo diciéndole que no tiene nada. Muy mal, hacen las madres que por reconfortar al niño exageran su actitud aumentando la emoción en lugar de disminuirla, prolongando el llanto del chico.
Pero si el niño es herido por otro, es muy probable que su llanto no provenga del dolor sino de la injusticia de sentirse injuriado. Entonces es necesario reasegurarlo moralmente.
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