Factores de la Calidad y Cantidad de la Leche Materna

Aproximadamente la mitad de las mujeres que crían tienen menstruación durante la lactancia, negándose ocasionalmente el niño a tomarla, al parecer por tener un sabor diferente que el habitual. Excepcionalmente se ven niños que parecen no tolerar tan bien la leche materna durante esos días.

El embarazo. No suele modificar la calidad de la leche, pero sí a veces su cantidad. No se ha comprobado científicamente que la leche de una madre embarazada dañe al niño. Sin embargo, para evitar a la madre la doble carga de la lactancia y del embarazo, que quitan a su organismo un exceso de sustancias útiles, el médico a menudo aconseja que, si el niño está sano, si ha pasado ya los primeros meses, se lo vaya destetando gradualmente.

El alcohol. La mujer que cría no debe tomar bebidas alcohólicas, pues el alcohol se elimina parcialmente por la leche, pudiendo dañar el delicado sistema nervioso del niño. Se ha observado también que el tabaco ejerce una acción desfavorable.

Medicamentos. Los medicamentos en las dosis habituales, se eliminan en cantidad ínfima a través de las glándulas mamarias y no dañan en general al niño. Sin embargo, se ha observado que pueden hacer daño cuando se toman en dosis muy grandes y por mucho tiempo ciertas sustancias. 

El estado de ánimo de la madre. El organismo de una madre disgustada, aburrida, triste o muy cansada, disminuye generalmente la cantidad de leche, aunque parece que su calidad no se modifica.

Enfermedades graves de la madre. Estas habitualmente hacen disminuir la cantidad de leche. A veces el médico indica que no se dé el pecho al niño para evitar el contagio o para evitar un mayor debilitamiento de la madre. Es el médico quien en cada caso determinará si el niño debe o no continuar tomando el pecho y, en el primer caso, cuáles son las precauciones que se han de tomar. 

Análisis de la leche Muy pocas veces es necesario recurrir a este análisis, pues a pesar de que los profanos a menudo sostienen que la leche de determinadas personas, es “pobre”, es excepcional que esto suceda. Si el niño no aumenta normalmente de peso, puede deberse a que la cantidad es insuficiente o a que el niño tenga alguna enfermedad y no a la mala calidad de la leche. Ninguna madre debe dejar de lactar a su hijo por tener “leche mala”, sin consultar previamente con el médico.