Son muchas las madres que se quejan que su niño es inapetente en muchos casos es verdad que el niño es inapetente ingiere una cantidad de alimentos apropiada a su edad, a pesar de lo cual los padres los consideran inapetentes por creer que el niño come en forma insuficiente y que debería tener más peso.
Es fácil que el niño pueda parecer delgado durante los períodos de crecimiento o estirón.
Tipos de inapetencia.-Cabe ante todo diferenciar los casos de verdadera inapetencia de los de falsa inapetencia.
Falsa inapetencia: Se dice que el niño tiene falsa inapetencia cuando tiene deseo de comer, pero alguna dificultad le impide hacerlo. Puede ser alguna inflamación dolorosa de la boca (estomatitis) u obstrucción de la nariz, debilidad congénita o prematurez, etc.
Inapetencia verdadera: El niño no tiene un verdadero impedimento para comer, pero ha perdido el deseo de hacerlo.
Causas.-Son muy numerosas y variadas las causas de inapetencia. Mencionaremos las más frecuentes:
Enfermedades infecciosas. Cualquier infección que tenga el niño, aun las más sencillas, se acompaña en forma casi constante de inapetencia. Las adenoiditis dan a menudo inapetencia.
Alimentación inadecuada. La sobrealimentación vale decir el exceso de alimentación, a menudo acaba por provocar una temporada de inapetencia. La hipoalimentación (alimentación insuficiente), cuando se mantiene por cierto tiempo, termina por provocar el mismo síntoma. El niño acaba por acostumbrarse a comer poco y, aunque se le quiera dar más alimento, no lo acepta ya. Otra causa es la alimentación pobre en vitaminas, especialmente del complejo B, o inadecuada en algún otro sentido. Hay que acostumbrar al niño a nuevos alimentos cuando llega la edad apropiada para cada uno de ellos. Si no se hace esto, es a veces difícil conseguir que más tarde el niño acepte nuevos alimentos.
Trastornos digestivos. Los trastornos de hígado, estómago, intestino, páncreas, se acompañan casi siempre de inapetencia. A menudo la constipación es la causa de la anorexia.
Anemia. La anemia puede causar pérdida de apetito, la inapetencia prolongada puede causar anemia.
Inapetencia nerviosa. Causa muy frecuente de inapetencia. Se trata generalmente de niños muy nerviosos y con padres también nerviosos, que hacen de la hora de comer una hora de lucha, con ruegos, promesas y amenazas que aumentan la inapetencia del niño, transformando el momento de comer en un período desagradable.
A veces un niño que ve la preocupación de los padres porque ha comido poco con motivo de alguna afección leve, sigue comiendo poco para que se sigan preocupando especialmente por él.
En estos casos, lo mejor es un ambiente tranquilo a la hora de comer. Se ofrecerá al niño el alimento, sin insistir en que coma. Si no lo come, se retira el plato sin comentarios, ofreciendo el que siga. Es difícil que persista muchas horas sin comer. Hay que evitar en todos los niños, especialmente en los inapetentes, que coman fuera de hora. Si hay alguna golosina, se les dará como postre. El variar los alimentos y la manera de presentarlos en platos o recipientes diferentes, especialmente los de vivos colores, sirve a menudo para hacerlos comer. Hay que asegurarse de que el inapetente reciba suficientes vitaminas (A, D y. especialmente el complejo B).
Todo niño con inapetencia rebelde debe ser examinado por el médico para tratar de determinar la causa e indicar el tratamiento más adecuado al caso. El comer con otros niños de buen apetito, o el hacer comer a los chicos en verano al aire libre o en otro lugar, puede, a veces aumentar el deseo de comer. En el niño mayorcito no hay que insistir con sopas que, llenan el estómago y dejan poco a otros alimentos más sustanciosos.
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