El niño sano duerme en forma profunda y tranquila. A veces por mal hábito, el niño pequeño se acostumbra a dormir más de día que de noche, exigiendo ser alzado y alimentado de noche. Si ésa es la razón, bastará a menudo con no hacerle caso por un par de noches, para que descubra que más vale quedarse quistecito.
Otras veces el niño no duerme por tener algún sufrimiento físico: nariz obstruida por mucosidades, malestar en las encías por erupción de dientes, dolor en la boca o la garganta por inflamación de las mismas, fiebre, exceso o falta de abrigo, etc. En estos casos habrá que tratar la causa. En ciertos niños nerviosos el sueño es intranquilo e interrumpido. Ayuda, en esos casos, evitar los juegos excitantes en la tarde, dar un baño tibio antes de acostar al chico, evitar que duerma demasiado durante el día.
Ninguna madre dará a su hijo, sin prescripción médica, sedantes nerviosos.
Terrores nocturnos.-El niño despierta bruscamente de noche, aterrorizado, pálido, con los ojos abiertos y temblando. A veces grita, pronuncia frases que revelan que ha estado soñando que es atacado ó perseguido por animales o personas. Se ve con mayor frecuencia entre los 3 y los 8 años y en la primera mitad de la noche, repitiéndose a veces esto por varias noches.
Causas. Las causas son múltiples: Vegetaciones adenoideas que, al dificultar la respiración, hacen soñar escenas de asfixia; cenas muy pesadas; ingestión de bebidas alcohólicas o de excitantes del sistema nervioso, como café y té. Hay otras enfermedades que pueden provocarlos, por lo que será conveniente consultar con un médico.
Con frecuencia, la culpa de los terrores nocturnos son relatos espeluznantes que les cuentan a los niños personas mayores de poco juicio o niños de mayor edad; o películas cinematográficas con escenas horrorosas o programas inconvenientes de televisión. En los niños algo mayores, también influyen las lecturas inadecuadas.
Tratamiento. Cuando el niño se halla aterrorizado, hay que tratar de despertarlo del todo, para que reconozca que se halla en su casa y protegido. Para evitar la aparición de dichos terrores, es conveniente dar al niño una alimentación sana, libre de alimentos excitantes o irritantes y de alcohol. La cena será liviana. Antes que el niño se acueste es conveniente que tome un baño tibio y que el intestino y la vejiga se hayan evacuado.
Evítense los juegos que lo pongan nervioso y también todo relato, película o lectura que pueda ser impresionante. El médico dirá si hay alguna otra causa, e indicará el tratamiento pertinente.
Crujido de dientes.-Aunque atribuidos por las madres a parásitos intestinales, pueden tener otras causas Con cierta frecuencia hay ciertas vegetaciones adenoideas amígdalas hipertrofiadas.
Inflamaciones de los senos anexos a las fosas nasales, tensión nerviosa, etc. El médico determinará la posible causa.
Sonambulismo.-El hecho de que el niño se levante de noche dormido y caminé o haga otros actos, puede tener distintas significaciones. Puede deberse, algunas veces a neurosis, en otros casos muy raros, puede ser un equivalente de la epilepsia. El tratamiento que indicamos para tratar de evitar la aparición de los terrores nocturnos puede aplicarse también a estos casos.
Sueño demasiado profundo.- Se observa este sueño en niños prematuros o débiles congénitos. También puede observarse en enfermedades del sistema nervioso, como la encefalitis.
Cuando el sueño se hace tan profundo que no se puede en manera alguna despertar al niño, se trata probablemente de un estado de coma. Debe consultarse a un médico.
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