Sufrir de acidez durante el embarazo es una
situación que se encuentra dentro de las posibles molestias físicas que pueden
llegar a presentarse en el transcurso de estos emocionantes nueve meses.
A pesar de que no se trata de una dolencia
grave, debemos admitir que es realmente molesta y que logra poner a la madre
gestante verdaderamente mal en ciertos momentos.
La acidez y el embarazo están muy relacionados,
puesto que la primera es el resultado de los cambios que el cuerpo femenino
debe llevar a cabo para adaptarse a esta nueva situación.
La progesterona se lleva en gran medida parte
de la culpa, puesto que su efecto relajante sobre los músculos del tubo
digestivo, estómago y faringe solo consigue que los ácidos gástricos tengan una
digestión muy lenta y, en segundo término, que retornen al esófago en vez del
estómago.
Esa sensación de quemazón en la boca del
estómago no es otra cosa que la acidez que causa una sensación muy
desagradable.
Si te encuentras en pleno periodo de gestación
es bueno que implementes todo un plan de choque para que esta situación no
impida el disfrute de tu dulce espera.
Un buen consejo en caso de que la acidez y el
embarazo se presenten al mismo tiempo consiste en lo siguiente: distribuye tu
comida en pequeñas porciones a lo largo del día.
Además, debes tratar de masticar la comida
durante el máximo tiempo que te sea posible y de forma regular y pausada.
Despídete de los alimentos ácidos, picantes, de
las carnes procesadas, los condimentos, las frituras y hasta del chocolate, al
menos en grandes cantidades, ya que son los primeros en causar este malestar.
Procura también que el espacio de tiempo entre
tu última comida y la hora de ir a la cama sea lo bastante amplio como para que
la digestión haya finalizado y no te genere mayores molestias.
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